UNA DESPEDIDA SIN FINAL
Cual silencio de en una iglesia
Así esta mi corazón flotando
En la laguna, en la laguna
De la soledad.
Yo no se porque llamarle vida,
Si tu ya no estas
Sin ti el mundo gira
En sentido contrario.
Las cosas no me he de cambiar
Pero si cambiaria las cosas por ti
Ahora cada día que despierto
Abro los ojos y me siento
En un desierto, como
Si la sed de tu amor
Fuera el castigo de tu ausencia.
Ahora que te alejas, dejando
Huérfano mi corazón, como
Un niño sin juguete, como un
Viejo sin bastón.
Ah! Pero no importa, la soledad
No me ha de temer, viviré de
Los recuerdos pero se que no me
Durara, lo único que tendrás
Presente que nadie como yo te
Amara.
Autor: Miguel A. Rosas